Más que una tendencia de moda, el minimalismo es un verdadero enfoque personal a largo plazo que tiene cada vez más seguidores.
Desde el deseo de consumir menos y mejor hasta la adquisición de reflejos minimalistas a diario es un largo camino específico para todos.
Con este artículo, explicamos lo que es ser minimalista y las claves para lograrlo usted mismo sin ninguna frustración.
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MINIMALISMO, UN ESTADO DE MIND
Un verdadero reto para el futuro de nuestro planeta, el deconsumismo es la definición misma del estilo de vida minimalista: deshacerse de lo superfluo para consumir menos y mejor. El minimalismo se basa, pues, en el retorno a lo esencial.
Cuidado, no se trata de no comprar nada y no tener ningún apego material. No. Pero se trata más bien de conocer lo que nos hace felices y lo que realmente necesitamos.
Para entenderlo mejor, el minimalismo es lo contrario al consumo excesivo y a esa búsqueda permanente de ganar más para gastar más. Al ser minimalista, no importa el precio del objeto, sino el impacto real que tendrá en ti y en el medio ambiente.
Esta es una forma de vida que responde a cuestiones ecológicas y sociales, así como a la investigación personal.
Para empezar, el beneficio económico. Sí, el minimalista ahorra dinero. Al consumir menos pero centrándose en la calidad, un minimalista no gastará sobre todo de forma impulsiva.
El ahorro de tiempo también es importante. Inevitablemente al favorecer espacios pequeños (como una Tiny House ☺️) y al separarse de los objetos superfluos, el minimalista lógicamente pasará menos tiempo ordenando, limpiando, comprando o incluso buscando… Ventajas que desarrollarán así su bienestar personal. Ocupando tu tiempo libre con actividades que son importantes para ti: lectura, viajes, deportes, cultura, etc. A diferencia del consumo excesivo, que compensa principalmente la infelicidad, como el estrés, el aburrimiento o el cansancio, no hacer compras compulsivas también le permitirá enfrentarse a sus emociones.
MINIMALISTA… ¡PERO SIN LIMITACIONES!
Como puede ver, convertirse en minimalista es decidir tener una relación más sana contigo mismo y con tu entorno. Y sólo podrá hacerlo a largo plazo si es realmente consciente de los problemas y tiene la voluntad personal de invertir.
Este estado de ánimo influirá en todas tus compras: compras, ropa, vivienda… Como minimalista, tu consigna será «DAR SENTIDO».
Pero cumplirlo requiere trabajar en tus hábitos. Lo importante es tu voluntad. Entonces, este trabajo se hará paso a paso y siempre sin ninguna frustración: el objetivo es tu bienestar personal.
¿Y si primero desordena su casa?
¡Pero nada de tirar! Ordena lo que aún puede ser reutilizado y dáselo a los familiares o asociaciones. Si es necesario, pase por la caja de reparación (usted mismo o a través de una asociación especializada). Finalmente, para lo que no puede ser realmente reutilizado, llévalo al vertedero de basura u otra área para su reciclaje.
Una vez que hayas despejado tu desorden, verás con más claridad y podrás poner en marcha nuevos hábitos de consumo siguiendo la regla de las 5R:
- Desechar: lo que no se necesita
- Reducir: lo que necesita
- Reutilizar: todo lo que se consume
- Reciclar: lo que no se puede rechazar, reducir o reutilizar
- Devolución: al suelo mediante el compostaje
Este cambio en el consumo debe hacerse de forma gradual y personal.
De hecho, no tenemos las mismas necesidades de comodidad si somos solteros y nómadas o con una familia y sedentarios .
Sobre todo, recuerda que el minimalismo es una forma de consumir de forma responsable, ecológica y sin limitaciones. Nos conformamos con lo que tenemos pero no nos falta nada.
EN LA PRÁCTICA: ¿CÓMO (DES)CONSUMIR DE FORMA MINIMALISTA?
Ya hemos visto que el desorden es el primer paso de un enfoque minimalista.
Siempre con el objetivo de vivir este cambio sin frustraciones ni presiones, empieza por una tarea ingrata que muchas veces odiamos hacer: ¡Ordenar tus papeles administrativos!
No es una actividad emocionante, pero no tienes ningún apego a ella, así que no es difícil desprenderse de ella 🙂 .
Asegúrese de comprobar previamente en Internet los periodos de conservación obligatorios para cada tipo de documento, y luego tire todos los que pueda.
Una vez que esta tarea se haya completado, enfréntese a un trozo de vida. Otra vez, tómalo con calma. Favorecer una habitación con poca emoción. ¡Como el baño y todas las muestras de hotel y de perfume guardadas en tus cajones!
En el caso de objetos más sentimentales, como fotos y libros, es perfectamente normal que te cueste desprenderte de ellos.
Entonces, empiece por clasificar sus libros. Quédate con los más emotivos y regala los otros a amigos, asociaciones o échalos en un cobertizo de libros. Será un verdadero placer compartirlo con los demás.
Sin embargo, si se resiste a desprenderse de un objeto, pregúntese: «Si tuviera que salir de casa dentro de dos horas, ¿me lo llevaría?».
Y si, a pesar de todo, prefiere conservarlo «por si acaso, aún puede ser útil», sepa que muy a menudo este objeto acabará siendo tirado. saber que muy a menudo este objeto acabará siendo tirado…
En cuanto a la alimentación, céntrate en lo estrictamente necesario.
Complaciéndote a ti mismo, por supuesto, siendo lo principal tu bienestar. Pero haz tus compras sin lo innecesario!
Haz una lista de antemano y evita los productos excesivamente empaquetados en los estantes.
Por ejemplo, ¡se acabó el queso rallado o los postres en tarros individuales!
Comemos mejor, encontramos el placer de cocinar buenos productos crudos y evitamos los productos procesados.
La nevera estará menos llena, visitará más a menudo sus tiendas locales, limitará los residuos y reducirá su basura.
Un último consejo. Antes de comprar, utilice este método llamado BISOU:
- B como en la necesidad: ¿Cuál es la necesidad de esta compra?
- I de Inmediato: si tienes un impulso inmediato, ¡cuidado! Es un signo de compra compulsiva.
- S de Similar: ¿tengo ya un objeto similar en mi casa? ¿Alguien puede prestármelo?
- O de Origen: ¿de dónde viene este objeto? ¿Quién lo ha hecho? ¿En qué condiciones sociales? ¿En qué país?
- U de Utilidad: ¿realmente la necesito? ¿Para qué voy a utilizar este objeto en mi vida diaria?
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